En mayo de 2013, fue grabado gritando al director deportivo del PSG, Leonardo, camiseta barça tras la victoria del club por el título. Tras regresar a su país y en consecuencia de aquel gol, que daba la victoria y la clasificación a los anfitriones, un enfervorecido aficionado acabó con su vida. El caso fue llevado a la FIFA, que dictaminó que todos los clubes deben liberar a sus jugadores menores de 23 años para los Juegos.