Curiosamente, este último protagonizó uno de los tantos «cambios de vereda» en 1983, cuando arribó al Avellino proveniente justamente del Napoli, camiseta barcelona un año antes del desembarco de Maradona en Italia. El juego correspondía a la segunda fecha de la División de Honor que era el nombre que tomaba la máxima división a partir de ese año. Sin embargo, los continuos cambios de categoría de la escuadra de Salerno, provocaron que el clásico pase a ser con el US Avellino, teniendo sus principales páginas doradas en la década del ’80, con las participaciones de Diego Maradona en el conjunto napolitano y Ramón Díaz en el irpinio.